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La búsqueda de una descendencia para Dios

© 2004 por Denny Kenaston

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CAPÍTULO 21

Una quieta y ordenada
vida hogareña

Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.
(Isaías 32.17–18)

Estos dos versículos representan una maravillosa corriente del pensamiento piadoso. Yo deseo que los mismos se conviertan en una meta para cada padre que los lea. Una quieta y ordenada vida hogareña. Ahora bien, si tú lees los versículos anteriores a la cita dada aquí entonces vas a notar que esto no ocurrirá “hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto” (Isaías 32.15).

Esta descripción encantadora que se visualiza en estos versículos lleva el sello de la obra de Espíritu Santo. ¡Oh! ¡Que Dios derrame su Espíritu Santo sobre nuestras familias, transformándolas en “recreos de reposo”! Yo visualizo en los versículos de la cita una progresión de hechos verdaderamente asombrosa y llena de motivación. Cuando el Espíritu Santo es derramado sobre nosotros entonces se desarrolla en nuestras vidas un deseo ardiente por vivir diariamente una justicia. Luego, al caminar a diario sobre las sendas de esta vida piadosa, se produce esa paz interna que se hace notar en nuestra vida práctica. Al inicio, esta paz es una paz interior que nos trae un gozo interior. No obstante, la misma llega a ser una paz que se manifiesta en la vida cotidiana ya sea cuando estamos solos o alrededor de otras personas. Esa paz interna produce una quieta seguridad interior que luego influye en el ambiente de nuestros hogares, haciéndolos estables, seguros y refugios ordenados. Esto es algo así como un pedazo del cielo en la tierra. ¡Que venga tu reino, Señor! ¡Y que tu voluntad sea hecha en la tierra, así como se hace en el cielo!

Sé que es difícil imaginarnos que tal estado de quietud y orden realmente se puede producir en nuestros hogares. El mundo vive en medio del “ajetreo de la rata”. Esta frase describe a una rata que corre sobre una rueda y sin descansar. ¿Alguna vez te has sentido estar en tal condición? Yo sí he sentido esta frustración que me agobia. Pero también puedo informarte que aunque la sociedad que vive a nuestro alrededor lleva siempre la vida a una velocidad que va en aumento, yo te aseguro que hay una manera de convertir tu hogar en un refugio de reposo y refrigerio para cualquiera que entre o viva ahí. No importa si se da el caso que vivas en la ciudad. No obstante, estimado lector, tú necesitas de mucho ánimo y de una buena disposición de la voluntad para gobernar el ambiente de tu hogar.

Este capítulo no trata primordialmente sobre las influencias negativas que hay dentro del hogar, pero tengo que preguntarme qué pasaría si elimináramos a todos los aparatos que producen bulla: el televisor, la radio, las grabadoras, los juegos de computación y el constante sonar de los teléfonos a toda hora. El silencio siempre produce un ambiente de paz, aun en los hogares no cristianos. Bueno, el tema principal de este capítulo no es acerca de la bulla de los aparatos, pero no tengo duda alguna que ellos producen un efecto negativo en el espíritu de quietud y orden de un hogar.

En uno de los capítulos siguientes se tratará el tema de cómo tener un matrimonio gozoso que no experimente los conflictos que no deben existir en un hogar piadoso. Yo estoy seguro que esto también influirá en tu “morada de paz”. No obstante, en este capítulo estamos meditando acerca del tema de la crianza de los hijos y es por eso que yo deseo que nos enfoquemos en los beneficios recibidos al llevar una vida ordenada; beneficios para tu hogar y para tus hijos.

¿Quién dirige?

El hogar común y corriente está lejos de reflejar una vida hogareña ordenada. De hecho, en muchas familias, los miembros casi nunca se sientan juntos a la mesa, algunos se levantan en la mañana a diferentes horas, etc. Es lamentable pensar en ello, pero muchos hogares se han convertido simplemente en “la casa”; un lugar de visita rápida antes de la próxima cita o un lugar para pasar la noche y dormir un ratito antes de salir a la mañana siguiente, etc. ¡Es cierto! El “ajetreo de la rata” es algo normal en muchos hogares de la actualidad.

Jackie y yo hemos escogido llevar de otra forma nuestra vida hogareña. Si tú deseas eliminar de tu vida familiar esa forma de vida en la que cada cual vive su mundo entonces es mejor empezar con el entrenamiento de tus hijos cuando ellos todavía son pequeños. Yo he aprendido que los niños no prosperan ni se sienten seguros si no viven una vida ordenada. De igual modo, los hijos no prosperan si ellos mismos dirigen su propia vida en la niñez. En resumen, una vida ordenada es una forma más productiva de vivir.

En los últimos años, la forma de vida ordenada que se lleva en algunos hogares ha sido motivo de mucho debate así como también existen puntos de vistas que van a los extremos en ambos lados. La disputa se centra en cuándo y cuánto se debe aplicar el orden en la vida de un bebé. Yo comprendo acerca de la razón para tener disputas en cuanto a aplicar orden en la vida de un pequeñito, pero en realidad una vida ordenada debe aplicarse en cada etapa de la vida de un niño.

El punto clave de todo esto se resume en la siguiente pregunta: ¿Quién debe dirigir la vida en el hogar? ¿Acaso es el bebé quien dirige a la madre? Yo reconozco que un bebé tiene necesidades especiales que demandan más atención; no obstante, las mismas no deben impedir el orden en la vida hogareña. Yo pienso que entre más se dirija la rutina de un bebé entonces mucho menos problemas habrá con ese hijo en el futuro.

Tal vez todo esto sea una sorpresa para algunos de ustedes. Pero a pesar de sus dudas, les reiteraré lo siguiente: un bebé puede entrenarse para que lleve una vida ordenada y quieta mucho más de lo que la mayoría de personas creen posible. De mis estudios sobre el hogar de Susanna Wesley, yo me di cuenta que ella sabía este secreto y que gozaba de una vida hogareña quieta y calmada. Tanto fue así que otras personas se quedaban maravilladas de ella y de su vida hogareña.

Calmada y quieta autoridad

Es claro que Dios ha puesto a los hijos completamente bajo la autoridad de los padres. Para los hijos, el hogar debe ser un sitio donde prosperan y gozan de gran libertad. A ellos nada más les corresponde obedecer a sus padres y todo les irá bien durante toda su larga vida (véase Efesios 6.3). Yo he aprendido, por medio de mis propias experiencias, que Dios obra inexplicablemente detrás de cada acontecimiento de la vida diaria para establecer la autoridad de los padres en el hogar. Yo no creo que los padres tengan que esforzarse para establecer esta autoridad; como he escrito anteriormente, la tienen y solamente tienen que desempeñarse en la misma.

Existen diferentes maneras para ejercer la autoridad de los padres en el hogar. A continuación, yo voy a mencionar algunas de ellas:

1. En primer lugar y debido a que Dios te ha dado tal autoridad, tú solamente tienes que ponerla en práctica. Guía a tu familia en el camino correcto. Yo compararé la autoridad que tienes en tu hogar con la autoridad de un policía. A la persona que se le da la autoridad de ser policía solamente necesita empezar el trabajo de velar por la paz y la tranquilidad de su comunidad. Él no tiene que gritar o sacar su arma para convencer a la sociedad que él tiene tal autoridad. Él sabe que aun las personas de mucha más posición en la sociedad le deben respeto debido a su autoridad. De esa manera, él puede andar calmada y confiadamente, cumpliendo con su trabajo. De igual modo, a ti también te corresponde hacer lo mismo. Tú tienes una autoridad delegada por Dios. Es así que tú puedes andar calmada y confiadamente en tu hogar, actuando bajo la autoridad que el Señor de señores te ha dado. Pero debes saber que tu comportamiento y actitud, mucho más que cualquier otra cosa, es lo que establecerá tal autoridad ante los ojos de tus hijos.

2. En segundo lugar, dado el caso que Dios te ha dado tal autoridad, es tu deber caminar con Dios en todas las áreas de tu vida personal. Es así como tú determinas en tu corazón caminar con Aquel que ha determinado que tú seas un padre de familia. Dios mismo establecerá tu autoridad de la misma manera que lo hizo con Josué cuando falleció Moisés. Aquí reconocemos que fue una obra de Dios como lo es en tu caso, pero tú debes confiar que él va a obrar en tu hogar mientras tú lo diriges bajo su mando.

3. En tercer lugar, tú debes edificar una relación íntima con tus hijos. En este punto, ser padre es diferente que ser policía. Al establecer una relación amorosa con tus hijos, la autoridad en tu hogar será establecida simultáneamente. Desde tu punto de vista, tú bien puedes decir que tienes que ganarte el derecho de ser obedecido. En cambio, tus hijos, desde su punto de vista, deben obedecerte debido a tu posición como padre. A pesar de todo, como representantes de Dios en nuestro hogar, nos toca a nosotros los padres ganarnos la confianza de nuestros hijos mientras los guiamos.

4. En cuarto lugar, nos es preciso ser constantes en la labor de dirigir y disciplinar. Los niños son muchas veces muy inteligentes al discernir cuáles son nuestras debilidades y dónde están nuestros límites. Sé constante en cualquier objetivo que desees lograr, y obtendrás éxito. La voluntad de nuestros hijos está muy relacionada con todo lo que se ha expuesto aquí. Además, si logras ser constante en todo lo que te propongas, entonces tendrás éxito en muchos otros aspectos que se relacionan con la crianza de los hijos.

Todos estos puntos se deben llevar a cabo de una forma calmada y siempre con un propósito definido. Ahora yo voy a repetir lo que he tratado de decirte. No hay necesidad que te esfuerces por imponerse, pues Dios te ha la autoridad que necesitas. Dios lo estableció así en su Santa Palabra. Sin embargo, muchos padres vacilan a la hora de ejercer la autoridad en su hogar. Luego, a causa de esa negligencia, el ambiente del hogar se hace incontrolable y es entonces cuando los padres pierden su paciencia y toda la calma. Como resultado de esto es que ellos tratan de “restaurar el orden” con el arrebato de sus emociones no controladas. De hecho, esta triste escena se ve a menudo en algunos hogares y los hijos crecen pensando que tal forma de actuar es la manera de establecer y de ejercer la autoridad paternal. La realidad del caso es que muchos hijos piensan que pueden dirigir su propia vida hasta que los padres llegan al punto de explotar para entonces “ejercer su autoridad”.

Toda esta percepción es equivocada; es una tergiversación del plan de Dios. Al vivir en un hogar así, los hijos visualizan de forma equivocada la autoridad de Dios. Si tú estás encarcelado en esta trampa emocional y tus hijos están aprovechándose de tu error, yo te animo a que establezcas una autoridad verdadera y santa en tu hogar por medio de los principios de Dios. La manera para establecerla se ha detallado en la lista escrita anteriormente. Recuerda, Dios te ha ordenado que dirijas tu hogar, y ha prometido ayudarte. Entonces tú tienes que iniciar una nueva forma de dirigir tu hogar. Tus hijos verán el cambio de rumbo y harán los ajustes necesarios en su modo de vivir.

La forma positiva y negativa
de la corrección

La expresión más clara de la autoridad paternal es la de un padre que toma en serio el papel de guiar positivamente a su hogar. Esto quiere decir que los padres dirigen a los hijos. Es obvio, si Dios dice que los hijos deben obedecer a sus padres entonces él nos está diciendo que los padres deben ordenar la vida de sus hijos. Sé que aquí acabé de escribir algo muy sencillo que me imagino que todos conocen. Pero la verdad es que muchos padres no están poniendo en práctica en su hogar esta cosa tan sencilla. Lo que ocurre es que muchos de ellos les permiten a los hijos andar a la deriva y sólo cuando hacen algo bien malo los corrigen o los castigan, pero esperan hasta cuando los niños andan desordenadamente. Ahora te voy a formular una pregunta y que pienso que ya conoces la respuesta: ¿Cuál metodología requiere más disciplina para criar a los hijos?

Si tú guías a tus hijos, llenando sus días con actividades sanas y productivas, no tendrás que aplicarles muchos castigos y, además, gozarás de un hogar con un ambiente de paz. Esto aquí es la metodología de Dios: una autoridad ejecutada de forma calmada que se expresa en una manera de dirigir positivamente y que guía las actividades de los hijos en los caminos de la justicia y la productividad. Un niño que crece bajo tal clase de autoridad aprende a rendir su voluntad ante las influencias variadas y positivas que tales actividades brindan. Amados padres y madres, aquí tienen el secreto de la libertad verdadera y divina para ustedes y para sus hijos. O sea, aquí se expone de la forma que un niño puede pasar su vida siendo guiado por sus padres amorosos en las actividades que le sean de provecho durante todos sus días.

Imagínate cómo resultaría un negocio que se administra utilizando la otra metodología; con muy poca orientación y muy poco orden. Imagínate un taller donde todos los trabajadores llegan a su trabajo y se ocupan en lo que más les guste hacer en ese momento. Esto aquí quiere decir que el jefe tendrá que invertir todo el día en la solución de problemas al corregir los errores y contestar preguntas que surjan. ¡No, muchas gracias! Yo no deseo en nada este modo de operar un negocio. Entre tanto que un negocio se maneje de esta forma, no habrá ganancias y yo estoy seguro que la mayoría de los trabajadores dejarán su trabajo debido a la frustración. Sin embargo, si hay un horario para cada trabajador, si ellos están bien entrenados y saben lo que deben cumplir, entonces todo será diferente.

No obstante, algunos padres dirigen su hogar al modo o estilo “libre”. Tal vez sea más correcto decir que no lo dirigen. Sea como sea, cuando los niños se ocupan más en las actividades que ellos desean pasar su tiempo, entonces errarán más, serán mucho más infelices y se verá más la necesidad de usar la vara para corregir.

Detente y medita en tu hogar un momento. ¿Cómo está ordenado tu hogar? Yo pienso que es muy provechoso que el padre y la madre se sienten juntos al final del día para evaluar su hogar, preguntándose: “¿Cómo anduvo nuestra vida hogareña hoy? ¿Qué ambiente reinó en el hogar?”

A continuación, yo haré mención de cuatro categorías del modo de dirigir un hogar para así ayudarte a evaluar el tuyo. ¿Cuál de ellas o cuáles de ellas describe mejor tu hogar?

1. Pro activo: Hogar en el que se actúa de antemano con el objetivo de tratar sabiamente con las dificultades que vendrán. En este hogar, los padres guían positivamente a los hijos hacia lo recto y lo que es provechoso, planeando con previsión.

2. Reactivo: Se actúa basado en las dificultades que se presentan. En este hogar, los padres son muy sinceros; desean que sus hijos caminen en la justicia. Sin embargo, ellos dan más correcciones que direcciones. A menudo las correcciones vienen por medio del regaño. A sus hijos les dan más “libertad” y luego tienen que corregirles cuando yerran, pues los niños que se dejan “libres” se meten más en problemas que los que se controlan.

3. Inactivo: En este hogar se presenta una actitud pasiva hacia las dificultades. En el mismo, debido a la ignorancia o el descuido, los hijos se crían prácticamente auto dirigiéndose ellos mismos. Este tipo de padres son los que dicen que “los niños siempre se comportarán como niños”, junto a otros dichos que tienen un significado de indiferencia para con las actitudes de los hijos. Por lo general, tales padres necesitan de un despertar de parte del Señor antes que cosechen los desastres de su propia apatía.

4. Explosivo: En este tipo de hogar se reacciona ante las dificultades de una forma emocionada y llena de frustraciones. En este hogar, los padres dirigen su hogar, incentivadas por el egoísmo, negándose a su deber con respecto a la crianza de sus hijos, permitiéndoles demasiada libertad para que escojan su propio camino. Luego, cuando se exterioriza la naturaleza de los hijos por medio de sus actitudes y acciones, los padres explotan con una emoción negativa cargada de enojo y utilizan palabras indebidas con el fin de traer “orden” en el hogar.

Yo ruego a Dios para que existan más hogares pro activos, pues este tipo de hogares es el más bíblico y eficaz. Además, es el tipo de hogar que alcanza lograr mucha más paz que los demás tipos de hogares que practican las otras metodologías aquí mencionadas. Por supuesto, es mejor comenzar a criar a un niño con orden desde su nacimiento. No obstante, se puede decir que cualquier niño empezará a recibir provecho desde el mismo momento de inicio de la puesta en práctica de esta excelente metodología.

A continuación, yo deseo compartir con ustedes algunas aplicaciones pro activas, primero en la vida de los infantes y luego en los hijos mayores.

Comiéncese desde la infancia

Para muchos padres, la idea que uno sí puede poner en orden la vida y el horario de un infante es una idea completamente nueva. La razón de esta ignorancia es porque estamos tan acostumbrados a sólo atender “las urgentes necesidades de un bebé casi incapaz”. Yo he decidido escribir las palabras anteriores en letras negritas para recalcar el modo de pensar de muchas personas. Pero, piénsalo bien: ¿acaso a lo que se le llama “urgentes necesidades” no son en realidad nada más que las urgentes demandas de un bebé egoísta? De ser así, es decir, que son demandas egoístas y no necesidades, gratificárselas serviría sólo para entrenar al bebé a ser mezquino y demandante.

Un bebé no tiene que ser alimentado o llevado en brazos cada vez que llore. Tal vez te sorprenderá, pero aun los más pequeñitos pueden ser entrenados a que esperen hasta treinta minutos en recibir su alimento. No hay nada de malo en un estómago vacío por unos minutos y, además, ningún mal le va a ocurrir si él no come al primer lloriqueo. Yo no me refiero a abusar del niño, sino a controlar su voluntad. En algunos casos, lo que sucede es que los niños son entrenados a que expresen su frustración o ira si no reciben el alimento al instante que lo desean. Casi todos nos abstenemos de alimentos alrededor de 10 horas cada noche y yo pienso que esto es saludable para el cuerpo, pues así el estómago puede descansar. Entonces esperar un momento por su alimentación no le hará daño al bebé.

Lo repetiré nuevamente. Hasta un bebé por muy pequeño que sea puede ser guiado a una vida ordenada. A continuación, yo voy a exponer una lista de actividades que una madre le puede enseñar a su hijo:

• Un niño puede aprender que será alimentado solamente a las horas señaladas. Además, el niño puede aprender a ser paciente y esperar hasta que la madre esté lista para alimentarle.

• Un niño puede aprender a acostarse a determinada hora señalada. Por supuesto, los adultos y los demás niños del hogar deben facilitarle un ambiente de paz y de tranquilidad. ¡Qué bendición es poner al bebé en la cuna y que inmediatamente comience a quedarse dormido sin quejarse! A lo mejor si el niño no se puede dormir en ese momento entonces aprende a quedarse quieto en su cuna o cama hasta que “le entra el sueño”.

• Un niño puede aprender a desear tener treinta minutos de “tiempo de quietud” diariamente. Nuestros hijos escuchan alguna narración de la Biblia durante este tiempo de quietud por medio de los casetes grabados.

• Un niño puede aprender a jugar solo durante un tiempo específico. Además, él también puede estar contento y jugar con una pequeña cantidad de juguetes.

• Un niño puede aprender a dormir durante toda la noche. Y si se despierta entonces una sola palabra de consuelo le ayudará a retomar al sueño.

• Un niño puede aprender a gozarse en los tiempos de juego que él tenga con su madre durante los cuales la relación de ellos florece. Los niños mejoran muchas de sus actitudes en tales tiempos de una enfocada atención de parte de ella.

Estos puntos mencionados anteriormente son algunos ejemplos de lo que se puede lograr para el beneficio de todos los que vivan en el hogar. Un niño que sea guiado de esa manera estará contento, se sentirá seguro y será muy agradable para las demás personas del hogar. Por lo tanto, el hogar donde viva tal niño será una habitación de paz.

Estoy seguro que cada madre que lea estas palabras concuerda conmigo. No obstante, sé que muchas de ellas se están preguntando cómo lograrlo. ¡Se puede lograr! De hecho, se debe lograr. Entrenar a un bebé de esa manera es entrenarlo para que aprenda a rendir su voluntad para su propio beneficio. Es decir, es encaminarlo a que aprenda a recibir todo el provecho posible en su vida futura.

Si se da el caso que hay más de un hijo en el hogar entonces mucho más se hace necesario que ellos sean entrenados de la manera descrita en este capítulo. Es cierto que al tener muchos hijos en una familia esto hace que una madre se la pase muy ocupada durante el día. No obstante, si se pone por obra lo escrito anteriormente entonces la vida será mucho más fácil y agradable.

El orden a cualquier edad

Puede ser que lo que he escrito aquí esté más allá de tu fe; o sea, formar a un infante bajo los requerimientos de una vida ordenada y un horario dentro de la disciplina de un hogar piadoso. Bueno, en este caso, tú puedes esperar hasta que tu hijo llegue a la edad de cuatro o seis meses. De todos modos, yo soy del criterio que entre más pronto comiences a moldear la vida de tu hijo será mejor para él. Si esperas más tiempo para iniciar su entrenamiento entonces tendrás que enfrentarte con muchas más de sus demandas egoístas. No obstante, aunque ya tú te encuentres a medio camino en la crianza de tus hijos no vayas a pensar que es demasiado tarde para comenzar. Sí, yo estoy seguro que será más difícil, pero hay que hacer uso de la autoridad y empezar a guiar a tus hijos hacia algo mucho más valioso. Es necesario que establezcas el orden y la disciplina en las actividades diarias de tus hijos. Muchas veces esto se logra al planear de antemano lo que tú deseas que ellos hagan. Yo recuerdo la ocasión cuando decidí sentarme y escribir una lista de algunas actividades saludables para mis pequeñitos. Sí, recuerdo bien que escribí quince actividades diferentes que un pequeñito podía hacer mientras Jackie se ocupaba en otras cosas del hogar. Apoyada por esta lista de actividades, mi esposa siempre encontró una ayuda para guiar a nuestros hijos.

Te animo a que hagas la prueba y trates de guiar a tu hogar a una vida ordenada durante una o dos semanas. Yo estoy seguro que haciendo esto comprobarás si en realidad es mucho mejor que tener un hogar que vaya a la deriva. Y estoy convencido que no tendrás que hacer tantas correcciones ni aplicar tantas disciplinas con la vara. Además, tú experimentarás menos irritaciones en tu propia vida.

Ahora vamos a considerar los resultados que se obtienen al seguir el rumbo de satisfacer las demandas de un pequeñito. Si analizamos varias de estas demandas a la vez entonces será mucho más fácil ver cómo el egoísmo se refuerza a sí mismo en el corazón del niño.

• Si tú alimentas a tu hijo cuando él lo demanda egoístamente mientras llora, él aprenderá a controlarte por medio de su llanto. Cuando una madre actúa de esta manera y no atiende al niño al instante entonces él llorará mucho más fuerte. Y por supuesto, al actuar de este modo su egoísmo se reforzará con raíces profundas en su corazón. Como he escrito anteriormente, muchas veces el niño realmente no necesita ser alimentado, pero ya nos hemos establecido en nuestras mentes responder a sus demandas. Está claro que esto ocurre a menudo (la cantidad de infantes con demasiado peso para su edad y tamaño es la prueba) a nuestro alrededor.

• Si el bebé es llevado en los brazos cada vez que llora entonces con eso se le enseña que él puede recibir atención con simplemente llorar. A todos los niños les gusta mucho más mantenerse en los brazos de una persona que jugar o estar haciendo algo solos. Es por eso que él llora más hasta que alguien lo toma en sus brazos y lo carga. Muchas veces el ciclo se repite y el bebé llora aun más fuerte para recibir la atención demandada.

• Si le das un dulce al niño cada vez que vas de compras o si le compras algún juguete “para que se esté tranquilo” cuando sales de casa con él entonces aprenderá a demandar estas cosas de ti. De hecho, sus demandas te avergonzarán en algún momento en el futuro.

• En todos estos ejemplos mencionados y otros más uno nota cómo se desarrolla el modo de actuar en la mentalidad del niño. Y lo cierto es que cuando él madure sus demandas serán más grandes y las formas de expresar tales demandas serán mucho más fuertes. El niño llorará o tal vez gritará fuertemente para que sus demandas sean satisfechas.

Muchos padres, quizá debido a su propia ignorancia, han permitido que este modo de actuar demandante se desarrolle en sus hijos. Al pasar el tiempo, la voluntad y el carácter de estos niños se afianzan a su corazón y ellos llegan a ser aun más incontrolables. Entonces cuando el niño arriba a los ocho o diez meses de edad muchos padres reconocen que en su hijo existe tal forma de ser. Estos padres no han podido discernir lo que ha ocurrido en su hijo desde esa temprana edad cuando no recibió la instrucción que debía y quizá pensaron que tal comportamiento en aquel tiempo era “normal” hasta que ese niño arriba a los diez meses y hace las cosas que hace. En tales casos, puesto que los padres no quieren que su hijo sea un egoísta, ellos comienzan a tratar con el asunto utilizando metodologías de correcciones y disciplinas.

Amados padres, existe una mejor manera para tratar con la naturaleza egoísta de un niño. En lugar de esperar hasta que el niño muestre señales de su egoísmo y que las mismas se fortalezcan en su personalidad, es sabio comenzar a entrenarlo mientras todavía sea pequeño y se pueda entrenar. Entonces en vez de castigarlo tantas veces, tú puedes dirigirlo a lo bueno y provechoso. Por supuesto, a veces te verás en la necesidad de usar la vara de la corrección. No obstante, yo deseo que sepas que es mucho mejor guiarlo a la justicia que corregirlo para que busque la misma.

Oración

Amado Padre Celestial, clamamos a ti por sabiduría para comprender lo que hemos estudiado. Ábrenos el entendimiento para que podamos darnos cuenta de lo que realmente pasa en las vidas de nuestros pequeñitos. Oro por todos los padres para que tú les des sabiduría y que ellos la encuentren a través del estudio de tu Palabra Santa. Señor, yo oro para que tu sabiduría les haga dóciles, mansos, y que ellos escuchen tu apacible voz en medio del caos que impera en sus hogares. En el nombre de Jesús, nuestro Señor y Salvador, amén.