El cristiano más influyente de toda la historia
No hablo a la ligera cuando digo que Agustín,, obispo de Hipona del cuarto
siglo, fue el maestro cristiano más influyente de toda la historia... por lo
menos, de la historia del cristianismo en el Occidente. A fin de cuentas, creo
que él ha sido más influyente que los mismos apóstoles, ya que la iglesia del
Occidente ha leído hasta las obras de los apóstoles a través de los ojos de él.
En verdad, casi todo el mundo reconoce que Agustín es el padre de la teología
occidental.
Agustín tenía inteligencia y capacidad muy sobresalientes. Antes de
convertirse, fue profesor de la retórica persuasiva y del arte de escribir. Como
obispo en la iglesia, utilizaba estas mismas habilidades. No había nadie en toda
la iglesia occidental que pudiera resistir sus argumentaciones. Mientras él aún
vivía, él se hizo casi la única autoridad del Occidente en todos los temas de
doctrina y moralidad.
Es notable que Agustín razonara como habitante del Occidente. Los
escritores cristianos anteriores razonaban como habitantes del Oriente. Nosotros
podemos entender la lógica de Agustín mucho mejor que podemos entender la de los
escritores anteriores. Desafortunadamente para nosotros, el Nuevo Testamento
no fue escrito por hombres del Occidente, sino por hombres con una mentalidad
oriental, influidos grandemente por la cultura griega. El mismo Agustín sabía
muy poco griego. Esto es de suma importancia. No sólo el Nuevo Testamento fue
escrito en griego, sino también casi todos los escritos cristianos anteriores.
Esto tal vez nos ayude a entender por qué Agustín se apartó del cristianismo
primitivo en tantas áreas, más que cualquier otro maestro cristiano de aquel
tiempo. Y este gran maestro, con su mente aguda, se llevó consigo a la iglesia
del Occidente. Lamentablemente, la apartó de sus fundamentos anteriores.
Hay una gran lista de doctrinas y prácticas iniciadas por Agustín, o si no
iniciadas por él, autorizadas por él. A continuación doy una lista parcial de lo
que él enseñó:
- que María nació y vivió su vida entera sin ningún pecado1
- que los niños no bautizados se condenan eternamente2
- que el coito aun dentro del matrimonio es siempre un acto depravado3
- que la guerra puede ser santa4
- que no hay perdón de pecados sino sólo dentro de la iglesia católica6
- que algunas de las prácticas y enseñanzas de los apóstoles ya no se
aplican a los cristianos porque los apóstoles vivieron en una época diferente7
- que hay un fuego purgante para las almas de los justos a quienes les
falta la purificación completa8
- que los muertos pueden sacar provecho del sacrificio de la eucaristía9
- que es justo que un estado cristiano persiga a los herejes10
De este último punto, Agustín escribió:
”Que sean todos llamados a la salvación. que sean todos llamados
de volver de la senda que conduce a la destrucción. algunos, son llamados por
los sermones de los predicadores católicos. otros, por los edictos de los
príncipes católicos. unos, porque obedecen las advertencias de dios. otros,
porque obedecen las leyes del emperador… el rey nabucodonosor… convertido por un
milagro de dios, promulgó una ley justa y loable para apoyar la verdad: que
quienquiera que hablara contra el dios verdadero, el dios de sadrac, mesac y
abed-nego, pereciera sin remedio, en unión con su familia...
”Si la iglesia verdadera es la iglesia que soporta la persecución,
no la iglesia que la inflige [como dicen algunos], que hagan la pregunta al
apóstol cuál iglesia representaba Sara cuando persiguió a su sierva. Porque [el
apóstol] declara que la madre libre de todos nosotros, la Jerusalén celestial—la
cual es la iglesia verdadera de Dios—fue representada por aquella mujer [Sara],
quien persiguió cruelmente a su sierva. Con todo, si investigamos a fondo la
historia, vemos que en realidad fue la sierva por su altivez que persiguió a
Sara. . . . [Sara] sencillamente le impuso la disciplina que merecía su altivez.
”Otra vez digo, si los hombres buenos y justos nunca persiguen a
nadie, sino sólo son perseguidos, ¿de quién son las palabras a continuación
escritas por el salmista? ‘Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, y no volví
hasta acabarlos’ [Salmo 18.27]. De esta manera, si deseamos declarar y reconocer
la verdad, hay una persecución de parte de los injustos, la cual los impíos
infligen a la iglesia de Cristo; y hay una persecución justa, la cual la iglesia
inflige a los impíos. Pero [la iglesia los] persigue en el espíritu de amor; los
otros, en el espíritu de ira.”11
Después de leer eso, usted probablemente puede entender muy bien porque se
dice que Agustín es el padre de la iglesia católica romana. Pero tal vez usted
se sorprenderá al darse cuenta de que él es también el padre de la Reforma
protestante.
La primera ley de Newton en la teología
Sir Isaac Newton, ilustre físico inglés, observó que cuando hablamos de los
objetos físicos, para cada acción hay una reacción igual de fuerte pero opuesta
en dirección. Es triste decirlo, pero parece que la ley de Newton se aplica
tanto a la teología como también a la física. Para cada hereje que se aleja de
la doctrina verdadera en una dirección, hay un maestro “ortodoxo” que reacciona
contra la herejía, yendo al extremo contrario, pero igual de lejos de la verdad.
Lamentablemente, el maestro “ortodoxo” casi siempre lleva a la iglesia entera al
extremo que él sigue. Resulta que el hereje sí cambia la posición de la iglesia,
pero en la dirección contraria de lo que había deseado.
Un ejemplo notable de eso lo vemos en el desacuerdo que surgió entre
Agustín y Pelagio, un monje de Bretaña. Hacia el año 400 d. de J.C. la iglesia
se había convertido en un grupo de personas que se reunían cada domingo y podían
citar de memoria ciertos credos y fórmulas doctrinales. Pero en la gran mayoría
de las personas no había nada de contacto personal con Dios. La iglesia tenía la
anemia espiritual. Oponiéndose a esta negligencia espiritual, Pelagio viajó de
un extremo de la iglesia al otro, predicando con vigor el mensaje del
arrepentimiento y la santidad. Pero para destacar la responsabilidad de cada
persona ante el Dios santo, empezó a predicar que los hombres podemos
teóricamente vivir toda la vida sin pecado. De esta manera podríamos salvarnos a
nosotros mismos, sin la necesidad de depender de la gracia de Dios y la sangre
de Jesucristo. El tenía argumentos como los que siguen:
Todos somos capaces de obedecer casi cualquier mandamiento de Dios por lo
menos por un día. Por ejemplo, todos podemos evitar la mentira, la codicia, el
hurto, o el tomar el nombre de Dios en vano por lo menos por un día. Si somos
capaces de obedecer estos mandamientos por un día, podemos obedecerlos por dos
días. Si podemos obedecerlos por dos días, podemos obedecerlos por una semana, y
sucesivamente. Razonando así, Pelagio concluyó que bien podemos obedecer todos
los mandamientos de Dios todos los días por toda la vida. Por tanto, nosotros
solos somos responsables por nuestros pecados. No podemos echar la culpa por
nuestras desobediencias sobre Adán, ni sobre la debilidad que heredamos de él.12
Aunque tal argumento parece lógico, es erróneo. Lo que puede hacerse por un
tiempo breve a pequeña escala no siempre puede hacerse a través de mucho tiempo
a grande escala. Por ejemplo, un hombre puede correr cinco kilómetros. Pero esto
no quiere decir que pudiera correr quinientos kilómetros. Yo puedo escribir a
máquina a setenta y cinco palabras por minuto por tres minutos sin hacer ningún
error. De acuerdo a los argumentos de Pelagio, debería poder escribir a máquina
a ese ritmo por tres días—lo cual no puedo hacer.
Pero al pensarlo bien, su enseñanza no estaba tan alejada de lo que
enseñaban los cristianos primitivos. Como hemos visto ya, ellos también creyeron
que cada persona es responsable por sus propios pecados y que somos capaces de
obedecer a Dios. Sin embargo, al mismo tiempo reconocieron que todos tenemos que
depender de la gracia de Dios, tanto su gracia salvadora como también su gracia
fortalecedora. Sin la gracia de Dios, no podemos ser salvos del pecado.
Lo que Agustín enseñó acerca de la salvación
Respondiendo a las enseñanzas de Pelagio, Agustín se fue al otro extremo y
desarrolló las siguientes doctrinas:
1. Como resultado del pecado de Adán, los hombres somos depravados
totalmente. Somos totalmente incapaces de hacer el bien o de salvarnos. Además,
somos hasta incapaces de creer en Dios o de ejercer fe en él.
2. Por tanto, los humanos podemos creer en Dios o ejercer fe en Dios sólo
si Dios por gracia nos da esa fe. No tenemos el libre albedrío de escoger o
creer en Dios o no creer.
3. La decisión de Dios de salvar a una persona y de condenar a otra, de
dar fe a una persona y de no darla a otra, es totalmente arbitraria. Esto es,
depende sólo de sí mismo, no de nosotros. No podemos influir esa decisión de
Dios.
4. Antes de la creación del mundo, Dios arbitrariamente predestinó quién
sería salvo y quién sería condenado. (Digo: “predestinó”, no solamente tuvo esta
presciencia.) No podemos hacer nada para cambiar lo que Dios ha predestinado, ni
en esta vida ni en la venidera.
5. Los elegidos, aquellos que son predestinados para la salvación, no
pueden perder su salvación de ninguna manera. Y aquellos que son predestinados
para la condenación no pueden ser salvos jamás.
6. Nadie puede saber si él es elegido por Dios. Dios da a muchos el don
de la fe. De esta manera creen, son bautizados, y andan conforme a los
mandamientos de Jesús. No obstante, no todos los que reciben el don de la fe son
predestinados para la salvación. No perseverarán. El don de perseverar es don
independiente del don de la fe. No podemos saber quién de los que están en la
iglesia ha recibido el don de perseverar.
7. La salvación depende exclusivamente de la gracia de Dios. La fe es don
de Dios. La obediencia es don de Dios. El perseverar es don de Dios.13
Pelagio no podía combatir los argumentos poderosos de Agustín. Sus
enseñanzas erróneas no duraron. Con todo, Agustín, reaccionando contra las
enseñanzas de Pelagio, completamente deshizo las enseñanzas de los cristianos
primitivos en cuanto al libre albedrío del hombre y su responsabilidad de
responder a la gracia de Dios para recibir la salvación. En su lugar, surgió una
doctrina fría e inflexible de la predestinación arbitraria.
Los capítulos
Introducción
1 El prisionero
2 Los cristianos primitivos
3 Ciudadanos de otro reino
4 La cuestión de cultura
5 ¿Por qué tuvieron éxito?
6 Acerca de la salvación
7 Acerca de la predestinación y el libre albedrío
8 Lo que el bautismo significaba
9 La prosperidad: ¿una bendición?
10 El Nuevo Testamento y el Antiguo
11 ¿Quién entiende mejor?
12 ¿Se falsificaron las enseñanzas?
13 Cómo el cristianismo primitivo se destruyó
14 Los muros restantes se derrumban
15 El cristiano más influyente
16 ¿Fue la Reforma un retorno al cristianismo primitivo?
17 El renacimiento del cristianismo primitivo
18 ¿Qué quiere decir para nosotros?
Diccionario biográfico
Notas del texto