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La cultura del sarcasmo
…en los postreros días vendrán burladores, andando según sus
propias concupiscencias
2 Pedro 3:3
La maldad que cada día aumenta en el corazón de los hombres se hace evidente en
su despreciable trato con sus semejantes. De ahí la creciente tendencia al
sarcasmo que es ya una cultura en muchas naciones. El sarcasmo es la manera
ingeniosa y mordaz de hacer ver como estúpido lo que los demás dicen o hacen;
pretendiendo demostrar con ello ser más inteligentes.
Este tipo de violencia fue condenado por Jesucristo, cuando dijo: “pero yo os
digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y
cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mt.
5:22). Fatuo, es alguien poco inteligente, carente de entendimiento; pero no por
eso los demás tienen derecho a ridiculizarlo o tratar de humillarlo
irónicamente. Según las Escrituras, cualquier soberbio que goza sarcásticamente
de menospreciar a los demás quedará expuesto al infierno de fuego.
Su origen en el diablo
El diablo fue quien logró hacer caer a los primeros hombres —burlándose
irónicamente de ellos— según está escrito: “pero la serpiente era astuta, más
que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la
mujer: ¿Con que Dios os ha dicho: no comáis de todo árbol del huerto?” (Gn.
3: 1). Note la ironía de esta alocución: ¿con que Dios os ha dicho...? Al
caer en esta trampa mortal, Adán y Eva quisieron demostrarle al diablo que no
tenían por qué obedecer del todo lo que Dios dijera.
Y sin darse cuenta obedecieron lo que éste les insinuó con su sarcasmo para
volverse sus leales, hasta hoy. Decía David: “los soberbios se burlaron mucho
de mí, mas no me he apartado de tu ley” (Sal. 119:51). A lo largo de la
historia se ve claramente cómo el diablo ha levantado sus leales, a quienes
utiliza para que se burlen y ridiculicen todo lo que pertenezca a Dios en esta
tierra. Ya sea infiltrándose en el pueblo de Dios, haciéndose pasar por justos y
luego hacer un gran escándalo con su mala conducta para que el mundo critique no
a éste sino a todo el pueblo de Dios y todo lo que concierna a la fe; o los
utiliza simplemente atacando los valores divinos desde afuera.
Sea como sea, esto ya estaba advertido que así debía de ser, para que quienes
buscan a Dios de verdad no se sorprendan. Léase: “Bienaventurados sois cuando
por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra
vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los
cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”
(Mt. 5:11-12). Estar del lado de Dios conlleva la burla y el escarnio de los
demás, para que se cumplan las señales.
Se perdió la seriedad
Desde que se diseminó la cultura del sarcasmo, nada se toma en serio, y bajo el
pretexto de que hay que gozar, todo se vuelve objeto de bromas, chistes
insulsos, payasadas y burlas por doquier. Entre broma y broma se cometen
adulterios, se roba o matan unos a otros. Pero sobre todo, la intención del
diablo es que los hombres le pierdan credibilidad a las Sagradas Escrituras,
para tomarlas como objeto de burla y menosprecio; tal como lo hacen algunos
catedráticos con sus alumnos al ridiculizar la fe de éstos en Dios. La tendencia
a burlarse de lo bueno es muy antigua, y lo hacen los malos para desviar la
atención de sus propias maldades; léase: y oían también todas estas cosas los
fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él. Entonces les dijo: “vosotros
sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios
conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante
de Dios es abominación” (Lc. 16:14- 15). Note que al verse descubiertos en
cuanto a su avaricia, los fariseos optaron por burlarse de Jesús al no encontrar
argumento sabio para justificarse. De igual modo hicieron los líderes apóstatas
de Israel con el profeta Isaías, según leemos:
“Por tanto, varones burladores que gobernáis a este
pueblo que está en Jerusalén, oíd la palabra de Jehová, Ahora, pues, no os
burléis, para que no se aprieten más vuestras ataduras; porque destrucción ya
determinada sobre toda la tierra he oído del Señor, Jehová de los ejércitos”
(Is. 28:14,22). Eso dijo cuando estos falsos líderes se burlaban de las
profecías del profeta. De igual modo los yernos de Lot tomaron como burla la
advertencia de la destrucción de Sodoma y Gomorra, según está escrito: . . .
“salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus
yernos como que se burlaba” (Gn. 19. 14). Cuando Jesús fue llevado a la
muerte le vistieron como a un mamarracho (de Rey), y gozaron burlándose de él
Herodes, Pilatos, los soldados y todo el pueblo; sin duda alguna ya sabemos
quien inspira el espíritu sarcástico y burlador de los hombres en este mundo.
Con tanta razón, mientras más irónico y sarcástico se vuelve un predicador más
le gusta a la gente escucharlo en la actualidad.
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