Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mateo 16:18
Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28:20
Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo. Romanos 16:5
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 1 Corintios 12:27
Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación. Efesios 4:4
Por tanto, hermanos, si hacemos la voluntad de Dios nuestro Padre, seremos de la primera Iglesia, que es espiritual, que fue creada antes que el sol y la luna; pero si no hacemos la voluntad del Señor, seremos como la escritura que dice: Mi casa ha sido hecha cueva de ladrones. Por tanto, prefiramos ser de la Iglesia de la vida, para que seamos salvados. Y no creo que ignoréis que la Iglesia viva es el cuerpo de Cristo; porque la Escritura dice: Dios hizo al hombre, varón y hembra. El varón es Cristo y la hembra es la Iglesia. Y los libros y los apóstoles declaran de modo inequívoco que la Iglesia no sólo existe ahora por primera vez, sino que ha sido desde el principio: porque era espiritual, como nuestro Jesús era también espiritual, pero fue manifestada en los últimos días para que Él pueda salvarnos. Ahora bien, siendo la Iglesia espiritual, fue manifestada en la carne de Cristo, con lo cual nos mostró. Segunda Clemente (150d.C.)
…nuestro Señor Jesucristo, el salvador de nuestras almas y piloto de nuestros cuerpos y pastor de la Iglesia universal que se halla por todo el mundo. Martirio de Policarpo (155 d.C.)
«¿Quién es, pues?», le dije. «La Iglesia», dijo él. Yo le dije: «¿Por qué, pues, es de avanzada edad?» «Porque», me contestó, «ella fue creada antes que todas las cosas; ésta es la causa de su edad; y por amor a ella fue formado el mundo.» Hermas (150 d.C.)
También Santos, cuando esperaban sus verdugos que a fuerza de torturas conseguirían hacerle confesar algún crimen, no dijo su nombre ni el de su nación, ni el de su ciudad, ni aun si era siervo o libre, sino que a todas las preguntas respondía en latín: "Soy cristiano . Esto era para él su nombre, su patria y su raza, y los gentiles no pudieron hacerle pronunciar otras palabras… Los mártires de Lyon (177 d.C.)
La Iglesia, extendida por el orbe del universo hasta los confines de la tierra, recibió de los Apóstoles y de sus discípulos la fe en un solo Dios Padre Soberano universal «que hizo los cielos y la tierra y el mar y todo cuanto hay en ellos» y en un solo Jesucristo Hijo de Dios, encarnado por nuestra salvación , y en el Espíritu Santo , que por los profetas proclamó. Ireneo (180 d.C.)
Las iglesias de la Germania no creen de manera diversa ni transmiten otra doctrina diferente de la que predican las de Iberia o de los Celtas, o las del Oriente, como las de Egipto o Libia, así como tampoco de las iglesias constituidas en el centro del mundo; sino que, así como el sol, que es una creatura de Dios, es uno y el mismo en todo el mundo, así también la luz, que es la predicación de la verdad. Ireneo (180 d.C.)
En cambio la Iglesia, que en todo el mundo ha tenido de los Apóstoles su origen, persevera en una sola y misma doctrina acerca de Dios y de su Hijo… Ireneo (180 d.C.)
Hemos también expuesto cómo la predicación de la Iglesia es la misma en todas las regiones, se mantiene igual y se funda en el testimonio de los profetas, de los Apóstoles y de todos los discípulos… En efecto, «en la Iglesia Dios puso apóstoles, profetas, doctores» , y todos los otros efectos del Espíritu. De éste no participan quienes no se unen a la Iglesia, sino que se privan a sí mismos de la vida por su mala doctrina y pésima conducta. Pues donde está la Iglesia ahí se encuentra el Espíritu de Dios, y donde está el Espíritu de Dios ahí está la Iglesia y toda la gracia, ya que el Espíritu es la verdad. Ireneo (180 d.C.)
Pues todo lo que sucedió cuando Dios formó al pueblo sacado de Egipto fue tipo y figura de la formación de la Iglesia que un día sería sacada de entre los gentiles. Por este motivo El la sacará de aquí para guiarla hasta su heredad, que al final le dará ya no Moisés el siervo de Dios, sino Jesús su Hijo… Y mientras esto sucedía, la mujer de Lot se había quedado en Sodoma, no en su estado de carne corruptible, sino convertida en estatua de sal (Gén 19,26). Permaneciendo así para siempre significó lo que es propio de la naturaleza y costumbres de los seres humanos; porque la Iglesia, que es «sal de la tierra» (Mt 5,13), ha quedado abandonada en el campo de la tierra, sufriendo las limitaciones humanas; y, aunque una y otra vez se le arrancan miembros completos, sigue siendo la estatua de sal, es decir el fundamento de la fe, que da firmeza a los hijos y los dirige hacia su Padre. Ireneo (180 d.C.)
Mas el camino de los que pertenecen a la Iglesia recorre el mundo entero, porque posee la firme Tradición que viene de los Apóstoles, y al verla nos ofrece una y la misma fe de todos, porque todos obedecen a uno y el mismo Dios Padre, creen en una misma Economía de la encarnación del Hijo de Dios, reconocen el mismo don del Espíritu, observan los mismos preceptos, guardan la misma forma de organización eclesial, esperan la misma parusía del Señor y la misma salvación de todo el hombre o sea del alma y del cuerpo. La predicación de la Iglesia es sólida y verdadera, en la cual se manifiesta uno y el mismo camino de salvación en todo el mundo. Esta ha creído en la luz de Dios, y por eso «la sabiduría» de Dios, por medio de la cual él salva a los hombres, «llama en la esquina de las calles concurridas, a la entrada de las puertas de la ciudad pronuncia sus discursos» (Prov 1,21). Porque en todas partes la Iglesia predica la verdad, y es el candelabro de las siete lámparas que porta la luz de Cristo… Ireneo (180 d.C.)
La Iglesia ha sido plantada como el paraíso en el mundo. «De todo árbol, pues, del paraíso, podrán comer» (Gén 2, 16), dice el Espíritu de Dios, esto es, comed de toda la Escritura del Señor, pero no comáis con espíritu orgulloso ni toquéis nada de la disensión herética… Ireneo (180 d.C.)
Por orden de Dios construyó el tabernáculo del testimonio, construcción visible en la tierra de las realidades espirituales e invisibles del cielo, figura de la Iglesia y representación profética de las realidades futuras. Allí colocó los vasos, los altares y el arca en la que introdujo las Tablas… Ireneo (180 d.C.)
Por lo tanto la Iglesia engendra un gran número de frutos, es decir, de salvados, porque ya no es un intercesor —Moisés— ni un mensajero —Elías— quienes nos salvan sino el Señor en persona, que da más hijos a la Iglesia que a la Sinagoga del pasado, como predijo Isaías con estos términos: Regocíjate, estéril, que no dabas a luz —y estéril es la Iglesia que antes no había dado hijo alguno a Dios— grita y clama, tú que no has tenido los dolores porque los hijos de la abandonada son más numerosos que los hijos de la que tenía marido (Isa 54,1; Ga 4,27). Y la antigua Sinagoga tenía por marido la Ley… Ireneo (180 d.C.)
Está claro que estas herejías nacieron más tarde y son innovaciones y desfiguraciones de la antigua y verdadera Iglesia, así como las que surgieron en tiempos todavía posteriores a ellas. Y creo que resulta evidente después de lo dicho, que la verdadera Iglesia es una, la realmente primitiva, en la cual están inscritos los que son predestinados como justos… la Iglesia primitiva y universal es única, en orden a la unidad de la única fe (Ef 4, 13), la que está fundada sobre sus propias alianzas, o mejor dicho sobre la única alianza hecha en tiempos distintos, la que congrega por voluntad del único Dios, por medio del único Señor, a los que ya están ordenados, a los que predestinó Dios que habían de ser justos, conociéndolo desde antes de la constitución del mundo. La propiedad esencial de la Iglesia, así como el principio de su existencia, está en la unidad, estando en esto por encima de todo y no teniendo nada igual ni comparable a sí misma… Clemente de Alejandría (195 d.C.)
(Los apóstoles) Así fundaron Iglesias en cada una de las ciudades, y de éstas las demás Iglesias tomaron luego el retoño de la fe y la semilla de la doctrina, como lo siguen haciendo todos los días para ser constituidas como Iglesias. Por esta razón éstas se tenían también por Iglesias apostólicas, puesto que eran como retoños de las Iglesias apostólicas. A todo linaje se le atribuyen las características de su origen. Y así todas estas Iglesias, tan numerosas y tan importantes, se reducen a aquella primera Iglesia de los apóstoles, de la que todas provienen. Todas son primitivas; todas son apostólicas, puesto que todas son una… Tertuliano (197 d.C.)
…es evidente que toda doctrina que esté de acuerdo con la de aquellas Iglesias apostólicas, madres y fuentes de la fe, debe ser considerada como verdadera, ya que claramente contiene lo que las Iglesias han recibido de los apóstoles, como éstos la recibieron de Cristo y Cristo de Dios. Al contrario, cualquier doctrina ha de ser juzgada a priori como proveniente de la falsedad, si contradice a la verdad de las Iglesias de los apóstoles, de Cristo y de Dios…. Nosotros estamos en comunión con las Iglesias apostólicas, ya que nuestra doctrina en nada difiere de la de aquéllos. Este es el criterio de la verdad… Tertuliano (197 d.C.)
Concedamos que todas las Iglesias hayan caído en el error; que el mismo Apóstol se haya equivocado al dar testimonio en favor de algunas… ¿Es verosímil realmente que tantas y tan importantes Iglesias hayan andado por el camino del error para encontrarse finalmente en una misma fe? Muchos sucesos independientes no llevan a un resultado único. El error doctrinal de las Iglesias debiera haber llevado a la diversificación. Pero sea lo que fuere, cuando entre muchos se aprecia unanimidad, ésta no viene del error, sino de la tradición. ¿Quién tendrá la audacia de decir que se equivocaron los autores de esta tradición? Tertuliano (197 d.C.)
Así pues, si quieres ejercitar mejor tu curiosidad en lo que toca a tu salvación, recorre las Iglesias apostólicas en las que todavía en los mismos lugares tienen autoridad las mismas cátedras de los apóstoles. En ellas se leen todavía las cartas auténticas de ellos… Tertuliano (197 d.C.)
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Obispo
Templos
Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Mateo 22:17-21
Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. Romanos 13:6-7
En cuanto a los tributos y contribuciones, nosotros antes que nadie procuramos pagarlos a quienes vosotros habéis designado para ello en todas partes: así se nos enseñó. Cuando se le acercaron algunos para preguntarle si había que pagar el tributo al César, Él respondió: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Le respondieron: Del César. Entonces les dijo: Den, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (Mt 22, 20-21). Por eso, sólo adoramos a Dios, pero en todo lo demás les servimos a ustedes con gusto, reconociendo que son emperadores y gobernantes de los hombres y rogando que, junto con el poder imperial, se advierta que también son hombres de prudente juicio. Justino Mártir (160 d.C.)
«Por eso pagan tributos, pues son ministros de Dios y en eso ejercitan un servicio» (Rom 13,6). El Señor confirmó lo mismo, no haciendo caso de los engaños del diablo, cuando mandó a Pedro pagar a los cobradores el tributo por sí y por él, porque «son ministros de Dios y en eso ejercitan un servicio»… Ireneo (180 d.C.)
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Con estas palabras indicó claramente que el pueblo antiguo dejaría de ofrecer a Dios; y que en todo lugar se le habría de ofrecer el sacrificio puro; y su nombre es glorificado en los pueblos… Ireneo (180 d.C.)
La raza de Israel (las doce tribus) nació en suelo extranjero, porque también Cristo comenzaría a construir fuera de su patria las doce columnas de la Iglesia. Cabras manchadas fueron el salario que Jacob recibió (Gén 30,32), así como el salario de Cristo son los seres humanos que provienen de diversos pueblos para formar un solo rebaño en la fe, como el Padre le prometió: «Pídeme y te daré las naciones en herencia, y en propiedad los confines de la tierra» (Sal 2,8)… Ireneo (180 d.C.)
«Esto dice el Señor: Recogeré a Israel de entre todos los pueblos donde han estado dispersos… (Ez 28,25-26). Hace poco hemos explicado que la Iglesia es la descendencia de Abraham. Pues para que advirtamos que estas cosas tendrán lugar en el Nuevo Testamento a partir del Antiguo, cuando el Señor recogerá de entre las naciones a quienes se salvarán, haciendo de las piedras hijos de Abraham… Ireneo (180 d.C.)
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Judíos