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Lo básico del evangelio Dios desea que todos nosotros disfrutemos de íntima comunión con él. ¿Habrá otra cosa mejor para nosotros que disfrutar de comunión con nuestro Creador? ¿No fue por eso que Dios nos creó a su imagen? “Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen.” En el principio, el hombre y su Creador se gozaban de comunión. Dios hablaba con el primer hombre como amigo a amigo. No había nada que impidiera ese compañerismo. Conversaban y andaban juntos Dios y el hombre, gozando de la belleza y la tranquilidad del Huerto de Edén. “Jehová Dios ... se paseaba en el huerto, al aire del día.” Y Dios todavía desea que todos disfrutemos de esta tranquilidad e íntima comunión con él. Quiere que andemos con él. Está dispuesto a escuchar nuestro clamor. Desea comunicarse con nosotros. Él ha dicho: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” ¿Has pensado alguna vez por qué no tenemos esta íntima comunión con él? El problema está en que el hombre ha pecado. El primer hombre pecó. Todos nosotros hemos pecado. Nos hemos rebelado contra Dios. Lo hemos desobedecido. “No hay justo, ni aun uno.… Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” Y el pecado causa una separación. El pecado rompe la comunión entre Dios y nosotros. “Vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro.” El pecado nos deja descontentos y desilusionados. Nuestra vida carece de propósito y paz... a causa del pecado. Y estamos condenados a la muerte. “La paga del pecado es muerte.” “El alma que pecare, esa morirá.” Tú sabes que todos andamos buscando una vida que satisface. Andamos buscando seguridad para el futuro... pero sin éxito. ¿Pero sabes que hay una solución a ese problema? Dios nos amó tanto que no nos dejó sin esperanza. Mandó a su Hijo Jesucristo para tender un puente entre sí mismo y nosotros. “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” Jesús murió en la cruz. Dio su vida como un sacrificio para que por él podamos tener el perdón de los pecados. “En [Cristo] tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” El único camino a Dios es Cristo. No hay otro. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” No podemos acercarnos a Dios por lo que nosotros hacemos, por bueno que sea. “Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
Amado lector: si tú no te has rendido al Señor Jesucristo, humíllate ahora mismo, para poder disfrutar de una íntima comunión con tu Creador. |