¿Qué es el avivamiento?
Hay avivamiento cuando uno se ve a sí mismo como Dios le ve.
Hay avivamiento cuando existen una convicción profunda y una búsqueda ansiosa, que los mueve a aborrecer el pecado a las personas.
Hay avivamiento cuando existe una intensa búsqueda de Dios y de su santidad.
Hay avivamiento cuando uno siente la inundante presencia y poder de Dios.
Hay avivamiento cuando el arrepentimiento es ferviente y profundo, generalmente seguido por una sincera restitución.
Hay avivamiento cuando cada rincón de nuestro propio carácter es traído bajo el escrutinio del Espíritu Santo de Dios.
Hay avivamiento cuando hay un rechazo completo del pecado, y una completa entrega de nuestra voluntad a Dios.
Hay avivamiento cuando hay un deseo consumidor por pureza de corazón, que sobrepasa todo deseo natural.
Hay avivamiento cuando uno está dispuesto a entregar a Dios su reputación, sus amigos, su pasado, presente y futuro, a cambio de libertad.
Hay avivamiento cuando una dulce libertad viene después de la confesión dolorosa.
Hay avivamiento cuando el gozo y la alegría corren como río de éxtasis inexplicable.
Hay avivamiento cuando al cantar los antiguos himnos de la iglesia, y los mismos toman un nuevo y profundo significado.
Hay avivamiento cuando el pueblo de Dios se derrite por los demás, en amor divino.
Hay avivamiento cuando la adoración es real y viva, con esperanza y entusiasmo.
Hay avivamiento cuando las alabanzas y la adoración son la expresión profunda de un alma cuyo espíritu está glorificando a Dios.
Hay avivamiento cuando la iglesia es restaurada a su propósito original, que fue planeada por Dios, por quien Cristo murió, y por el cual el Espíritu Santo descendió.
"Vuélvenos, oh Jehová, a ti y nos volveremos; renueva nuestros días como al principio" (Lamentaciones 5:21).
—Leonor McKinney