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UN ESTUDIO DEVOCIONAL DEL SERMÓN DEL MONTE

Por Guillermo McGrath

LECCIÓN VIII

El Sermón del Monte en el resto del Nuevo Testamento

Es evidente que el Sermón del Monte es la ética básica del cristianismo. También es evidente que no es una colección hecha sin pensar de reglas diversas. Es una obra maestra de principios condensados, describiendo el carácter y la disposición de los que pertenecen al reino de Dios.

Nunca fue destinado a ser una guía para el gobierno civil u hombres no regenerados. Aunque muchos lo reconocen como una obra maestra de literatura, sin el poder y el fruto del Espíritu Santo no lo pueden practicar.

Ya que es la esencia de la ética del Nuevo Pacto, esperáramos que fuera repetido y ensanchado por todo el Nuevo Testamento. Podemos ver que no hay enseñanza ética desde Mateo a Apocalipsis que no está imbuido con los principios del Sermón del Monte.

En este capitulo final, brevemente estudiaremos algunas de las porciones mayores del Nuevo Testamento que resumen el Sermón del Monte.

 

Paralelas en los otros evangelios

La sección paralela mayor en Lucas se encuentra en Lucas 6.20-49, que registra bienaventuranzas, las prácticas de reconciliación, y advertencias de los dos árboles, etc. En Lucas 11.1-4, tenemos el padrenuestro. En Lucas 11.33-36, leemos de la luz testificadora y en Lucas 16.9-18 se habla de las riquezas y el divorcio. Lucas 12.22-31 paralela la sección de la ansiedad por las cosas materiales.

¿Por qué están estos dichos repetidos y esparcidos por todo Lucas? La razón por la cual tenemos los cuatro evangelios es para darnos un retrato de cuatro dimensiones de Cristo y sus enseñanzas. Sin duda él repitió muchas veces la enseñanza del Sermón del Monte.

En Marcos tenemos las siguientes paralelas: Marcos 10.11,12, del divorcio; Marcos 11.25,26, del padrenuestro. Marcos era el más corto de los cuatro evangelios, diseñado para ser leído por los romanos, ¡quienes siempre tenían prisa! Muchas veces dice, “en seguida”.

En las epístolas de Pablo hay muchos pasajes entusiastas que repiten el Sermón del Monte. Probablemente la sección más famosa es la de Romanos 12 y 13. En Romanos 12.1-5 se resume la enseñanza interior de las bienaventuranzas, 12.6-13 muestra cómo los dones tienen que ser autenticados por la presencia del fruto del Espíritu.

Romanos 12.14-21 es el resumen más hermoso del método de la reconciliación y cómo vence a la venganza: “Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión”.

“No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”.

“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”.

En Romanos 13.8-10 tenemos el resumen de cómo se cumple la ley con el amor: “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”.

Varias secciones de las epístolas de Pablo acentúan como el amor, el perdón y la misericordia obran dentro del creyente, y dentro de la Iglesia y aun hacia afuera hacia los enemigos. Hay también bastante enseñanza de la no resistencia, la disconformidad al mundo, y los peligros del materialismo.

Como dijimos en la lección de las bienaventuranzas, los nueve frutos del Espíritu Santo son una descripción de la disposición del hijo de Dios nacido de nuevo: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (dominio propio). Lindsay Dewar, en su libro: An Outline of New Testament Ethics (Un Bosquejo de las éticas del Nuevo Testamento), analiza las listas de virtudes que se encuentran en las epístolas de Pablo y nota la frecuencia con que aparecen estos frutos del Espíritu.

Sin tomar en cuenta aun a las epístolas pastorales, él encuentra (en la Biblia en inglés) en Romanos, 1ª y 2ª Corintios, Gálatas, Colosenses, Filipenses y Efesios estas frecuencias de las siguientes palabras: amor (62 veces); gozo (19 veces); paz (33 veces); paciencia (6 veces); benignidad (6 veces); bondad (3 veces); fe (87 veces); mansedumbre (4 veces); templanza (1 vez, pero aparecen también otras palabras relacionadas).

Otras virtudes, semejantes a Cristo, aparecen frecuentemente: compasión (3 veces), humildad (6 veces), soportar (3 veces), perdonar (5 veces). Muy notable es el lugar sobresaliente ocupado por las virtudes de benignidad y compasión. En el Antiguo Testamento eran relacionadas casi enteramente con Dios, ¡pero en el Nuevo Testamento caracterizan al hombre convertido! ¡Verdaderamente, la gloria del hombre no está en la comprensión de sí mismo, sino en la comprensión de Dios! Como dice Dewar: “La cristiandad soltó una gran corriente refrescante y benigna sobre un mundo en el cual abundaba la crueldad. Nada ha sido más característico de la religión cristiana que esto”. ¡Amén!

Dewar nota que las frecuencias de las menciones del amor, el gozo, y la paz son muy altas. Esto no tiene paralela en ningún otro sistema de ética.

Al examinar las listas de vicios que aparecen en las Epístolas de Pablo, encontramos otra vez que son los pecados condenados en el Sermón del Monte. Más prominentes en estas listas son los pecados de inmoralidad sexual, odio, y codicia.

Aquí hay una lista parcial de palabras que describen estas tres categorías:

Inmoralidad sexual: fornicación, adulterio, divorcio seguido con segundas nupcias, afeminado, los que se echan con varones (homosexuales), inmundicia, lascivia, conversar cosas vergonzosas, sin afecto natural.

Pecados de odio: malicia, envidia, homicidio, contiendas, engaño, malignidades, murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, vanagloriosos, sin misericordia, maldicientes, celos, iras, divisiones, soberbias, desórdenes, enemistades, maldiciones, enojo, etc. ¡Qué catálogo de venganzas!

Pecados de codicia: glotonería, borracheras, codicia, ladrones, envidias, inventores de males, idolatría, orgías, amargura,

¡Ciertamente, Jesucristo vino a salvamos del reino de las tinieblas donde tales emociones y actitudes son la norma! (Véase la descripción del corazón no regenerado). La gracia de Dios nos hace puros y graciosamente apacibles.

La epístola de Santiago contiene uno de los más bellos resúmenes del Sermón del Monte, en un solo pasaje: “...celos amargos y contención... es... terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz”. (Stg. 3.14-18).

En la epístola de Santiago, hay muchas paralelas al Sermón del Monte. ¡Santiago se parece casi como un índice o una tabla de contenido del Sermón del Monte! Los siguientes pasajes son especialmente paralelos:

 

1.2, de gozo en tentaciones y pruebas (1.12)

1.4, de paciencia

1.5; 5.15, pedir a Dios en fe

1.9, bienaventurados los pobres

1.19,20, vencer el enojo

1.27, la disconformidad al mundo

2.2-4, vestido de moda

2.8, cumplir la ley por amor

2.13, misericordia y perdón

2.14, la fe que obra

3.1-10, pecados de la lengua, maldecir

3.11-18, el fruto del Espíritu

4.1-4, vencer a la concupiscencia y la enemistad

4.9, bienaventurados los que lloran

4.11, murmurar (y juzgar)

4.13-16, codicia de ganancias

5.1-5, Ay de los codiciosos

5.6, la no resistencia

5.7-11, paciencia permanente, persecución

5.12, no jurar

5.13 18, el poder de la oración

 

En las epístolas de Pedro, hay otra vez muchas paralelas con el Sermón del Monte. Algunas de éstas hemos mencionado anteriormente en este libro, pero aquí hay una tabla de paralelas:

 

I Pedro

1.6, regocijar a pesar de tentaciones, pruebas

1.10-12, Cristo cumple los profetas

1.14,22, vencer concupiscencias con pureza

2.1, vencer malicia

2.9-11, vencer concupiscencias con disconformidad

2.12-23, sufrir injustamente por la conciencia

3.3-6, abstener de vestido de moda

3.9-18, no resistencia

4.1-4, sufrir con Cristo

4.12-19, sufrir con Cristo

5.1, codicia

5.5,6, humildad

5.7, vencer la ansiedad

5.9,10, perfección por medio de resistir la tentación

 

2 Pedro

1.4, vencer concupiscencia

1.5-7, frutos espirituales

1.16-21, Cristo cumplió las profecías

2.1-3, falsos profetas codiciosos

2.6-14, pecados sexuales, concupiscencia

2.15-22, profetas falsos

3.1-14, el día venidero de Cristo y el juicio

 

El Amor Puede Vencer el Odio

 

“Los mares de la historia son turbados por las mareas continuas de venganza. El hombre no se ha levantado más allá del mandato del lex talionis (la ley de la garra): ‘Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie’. A pesar del hecho que la venganza no soluciona problemas sociales, los hombres siguen tras su guía desastroso. La historia está atestada con las ruinas de naciones e individuos que siguieron este camino contraproducente.

Jesús afirmó elocuentemente desde la cruz una ley más alta. El sabía que la filosofía antigua de ojo por ojo dejaría ciego a todo el mundo. El no buscó vencer a la maldad con maldad. El venció a la maldad con el bien. Aunque crucificado por el odio, él respondió con amor agresivo.

¡Qué lección más magnífica! Generaciones se levantan y caen; los hombres continuarán adorando al dios de venganza e inclinándose ante el altar del desquite pero vez tras vez esta noble lección del Calvario será un persistente recordatorio de que solamente el bien puede expulsar la maldad y solamente el amor puede vencer al odio”.

—M. L. K.,

Eerdmans Book of Chritian Classics

 

¿Qué es grandeza?

“Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mt. 20.25-28).

“Cualquier que los haga y los enseñe (estos mandamientos del Sermón del monte), éste será llamado grande en el reino de los cielos” (MT. 5.19)