Por Guillermo McGrath ©1985
Introducción Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15Introducción - El tesoro bíblico
Preparo este libro con la esperanza de que las iglesias conservadoras se apliquen más al estudio de la Biblia. Cuando las iglesias se desvían del camino de las doctrinas de la Biblia, toman uno de dos caminos que se dirigen hacia abajo. Uno es el camino del liberalismo, que desecha la norma bíblica y sigue al mundo. El otro camino es el del legalismo, que idolatra sólo las formas y las tradiciones, pero se olvida de la espiritualidad bíblica y de la verdad y el poder sobre los cuales se basaron originalmente. Cada iglesia en cada generación, y cada miembro de la iglesia en su propia experiencia, tiene que volver a estudiar el origen de las doctrinas y prácticas cristianas. Si meramente guardamos esas doctrinas y prácticas sin volver a conformarlas a la Biblia, somos como carpinteros que intentan edificar una casa teniendo sólo la memoria de cuánto es un centímetro o un metro en vez de usar una regla fiel. Oír algo indirectamente nunca satisface tanto como experimentarlo uno mismo. Un balde de agua pasado de una persona a otra por largo tiempo pierde su frescura. Mejor es regresar al pozo para sacar agua fresca.
Si la Biblia pereciera por completo, la fe de los hombres se declinaría y con el tiempo desaparecería. Pues la fe y la doctrina verdaderas se basan en la palabra de Dios. Pero gracias a Dios, él ha ordenado que aunque el cielo y la tierra pasarán, ni una jota ni una tilde de su palabra pasará. Dios ha puesto su palabra en el mundo como una gran plomada infalible. Con ella tenemos que medir nuestras vidas, doctrinas, y prácticas. Los que desprecian o descuidan esta plomada de Dios están destinados a la apostasía, la idolatría, la superstición, la ignorancia, y la oscuridad espiritual. Cada reforma grande en la historia de la iglesia ha restaurado la Biblia a la gente común y ha llamado a los hombres a volver a la palabra de Dios. El pueblo de Dios siempre se ha conocido como el pueblo del libro. Cada época de oscuridad y cada momento de apostasía se ha debido al descuido o al rechazamiento de la palabra de Dios. La Biblia es la posesión más inestimable del género humano. Los que no la aman son personas que tampoco aman a su Autor divino.
Escribí este libro para animar y fomentar más el estudio y la apreciación de los tesoros maravillosos de la Biblia. Mi oración es que sirva como una guía útil y poco costoso a las grandes riquezas de la palabra de Dios. También es mi oración que ayude a aclarar algunos de los misterios maravillosos de la Biblia, que conteste preguntas, y que disuelva dudas. “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5.21). Hace años yo no creía la Biblia y me fatigué buscando la verdad en la filosofía, en la sicología, y en la ciencia. De allí cambié a estudiar la Biblia y así me convertí y encontré a Jesucristo, la palabra viviente, como mi Salvador personal. ¡Toda la gloria sea a su nombre!
—William R. McGrath
La Biblia
Por todo el mundo buscamos la verdad,
Escogiendo lo bueno, y la sublimidad
De famosas fuentes, de lecturas grandes,
Y en los libros de los más importantes.
Mas cansados de tanto buscar lo mejor,
Volvemos muy tristes de nuestra labor,
Y vemos que lo que los sabios decían
Se halla en el libro que las madres leían.
—J. G. Whittier
Versión española de Pablo Yoder
“La Biblia es la carta gráfica de la historia. Da una vista panorámica del curso entero de los acontecimientos desde la creación y la caída del hombre, hasta el juicio final y la inauguración del cielo nuevo y tierra nueva. Sin la Biblia, la historia sería un espectáculo de ríos desconocidos fluyendo de fuentes desconocidas hasta mares desconocidos; pero con la dirección de ella, podemos descubrir las fuentes de las corrientes complejas y podemos ver el final desde el principio.”
—H. G. Guinness
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